Continuamos la ruta!!! eheheheheheh!!! renovadxs, con toda la energía y mucha confianza, en Colombia nos sentimos como en casa!!!
Primero nos desviamos un poco al oriente para ir a conocer el pueblo de Guatapé, nos habían contado lo pintoresco que es junto con la piedra del Peñol.
Plaza de Guatapé.
Las alcaldías de estos pueblos son muy estilosas.
Paseito en el centro.
Todas las casas, todas incluyendo las de servicios públicos tienen estas pinturas en la parte baja de sus fachadas,Zócalos, cuentan la historia del pueblo y su cotidianidad.
Al fondo el Peñol de Guatapé, es una gran piedra de 220 metros y le hicieron una escalera de 740 escalones para llegar a la cumbre.
Pasamos a Manizales sólo a conocer esta escultura tributo a Simón Bolívar donde se le representa como un cóndor. En la plaza Bolivar.¡¡Espectacular!!!
Nuestra ruta continuó hacia el eje cafetero, departamento del Quindío, nos comentaron otros viajeros que las ciudades principales no tienen mayor atractivo, los alrededores y sus pueblitos son más interesantes por eso llegamos a Salento, cerca de Armenia.
Calle Real, Salento. Hay tiendas de artesanías y restaurantes.
Nuestro hogar en Salento, junto a viajerxs argentinxs, Daniela y Sebastián.
En Salento llegamos a la aldea de artesanos, nos recibieron súper, nos dejaron parquear en el estacionamiento, pasamos una noche allí y al siguiente día por medio de un artesano: Grati, orfebre, nos conseguimos quedar en una finca, como se aprecia en la foto, lugar muy tranquilo y con acceso a un baño.Nos quedamos una semana. Grati y su familia nos convidaron ducha, espacio para vender y hasta me laminó plata ¡¡¡un amor!!!!, fueron muy pero muy amables junto a otros artesanos, Alejandro que trabaja con reciclaje nos regaló un zapallo (auyama) de su huerta.
Con mi zapallo, días después hicimos sopaipillas.
Salento de noche y sin turistas.
Valle de Cocora:
Cerca de Salento nos fuimos a conocer este valle, el destino principal era visitar una reserva de colibrís que se encuentra a un par de horas a pie. Comenzamos nuestra caminata alrededor de las Palmas de Cera, árbol nacional, miden hasta 60 metros.
Hasta que llegamos a la Reserva natural Acaime, el Mauri estaba fascinado, vimos muchos colibrís de diferentes portes y colores, con colas cortas y largas, ¡¡¡una maravilla!!!
Familia de Cusumbos en la reserva
Caminando de vuelta por la reserva.
Nos encontramos con nuestrxs amigxs viajerxs que conocimos en Santa Elena, Sandra y Manu.
Atardecer desde la finca en Salento
Despidiéndonos de Daniela y Sebastián con quienes compartimos una semana en Salento, ellxs siguen ruta para el norte, nosotrxs para el sur...
Seguimos ruta y pasamos por el pueblo de Quimbaya, de paso conocimos a una chica, Martha, quien vive hace muchos años en Valparaiso, nos invitó a almorzar y junto a su compañero Javier pasamos una tarde muy agradable donde también nos enseñaron el proceso del café.
Junto a Martha, Javier y su pequeño sobrino en Quimbaya.
Aprendiendo del café junto a Javier y Martha.
Estos frutos contienen los granitos de café
Granos amarillos
Granos colorados
Muchas matas de café.
Pasamos unos días frente al Lago Calima, conocimos a una familia viajera de Bolivia.
Lago Calima
Con la familia de Bolivia en su Combicine, daban peliculas para niñxs.
El pequeñito de la familia, no se quería bajar del techo.
Después de pasar por Cali a ver mecánico fuimos a conocer el Parque Pance.
Al fondo muchas guaduas, son parecidas al bambú.
Llegando a Popayán, nos encantó, no es turística y sus habitantes llevan una vida muy relajada.
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